Con los años he dejado de tenerle miedo a las abejas, a pesar de que me hayan picado en un par de ocasiones. Me resultan fascinantes, y despiertan mi curiosidad. Aquí en Galicia, la apicultura es muy común, mucha gente tiene abejas en sus huertas, incluso dentro de sus propias casas, en una especie de pequeña habitación con salida permanente al exterior para que vayan y vengan según sus ritmos. Por lo que, es relativamente fácil conseguir miel muy sabrosa.

Tengo una alimentación vegetariana, y mi plan de futuro es hacerme vegano, siempre lo he postergado porque la miel es uno de los alimentos que me resultaría difícil dejar, junto con el queso.

Hace unos años, antes de que se prohibieran algunos pesticidas, veíamos cómo entraban al estudio abejas perdidas y agotadas, un verano contamos a seis abejas, les dábamos agua con azúcar, porque habíamos leído que eso las podía ayudar, pero no, todas morían. Ya no ha vuelto a suceder, no sé, si porque dicha prohibición, en efecto, ha dejado de enfermarlas y desorientarlas o porque hay menos abejas en general.

Acabo de descubrir algo que me ha fascinado y enternecido por igual, las fotos de JM Neely de abejas durmiendo. Al parecer, las abejas polinizadoras, en ocasiones no llegan a su colmena a tiempo y se quedan a dormir sobre las flores, para después, retomar el camino de vuelta.

Desde que lo supe, he puesto mucha más atención cuando paseamos por las leiras, cerca de los caminos suelen haber flores silvestres, y sí he visto alguna abeja durmiendo sobre el polen de las margaritas.

Augusto Metztli.

*¿Te gustó el artículo y la ilustración? ¿Nos apoyas con 2$, 5$ ó 10$ al mes en patreon? o también puedes hacerlo en Ko-fi a partir de 3€. Llevamos más de ocho años ilustrando la actualidad. GRACIAS.