El pasado domingo, Podemos organizó un acto bajo el título “¿Consentiste o no? Solo sí es sí”. A Ione Belarra, líder del partido, se le notaban los pezones. Erguidos, erectos, prominentes. ¿Y? Pues a algunos les pareció inapropiado, inoportuno, inmoral. Que la líder de un partido político ofrezca esa imagen en un acto oficial es, por lo visto, ofensivo. Resulta que Ione tiene pezones. ¡Qué escándalo! Lo que pasa es que es mujer, de izquierdas, secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030. Ah, y psicóloga.

Parece mentira que sea necesario tener que explicar a estas alturas que una mujer no solo es libre -o debería serlo- para pensar como quiera, sino también para vestirse como le de la gana, para hacer y disponer de su cuerpo como estime oportuno y para reivindicarse como individuo libre. Somos cuerpos, aunque a muchos les pese. Reconciliarnos con ellos, aceptar que vivimos en un trozo de carne que late, respira, se mueve, suda, micciona, siente y desea es fundamental para la convivencia en la sociedad y en el planeta que hemos colonizado. Las sociedades, por cierto, desaparecen si no evolucionan.

Cuántos de los que se escandalizan con los pezones de Belarra habrán pensado en chupárselos, mordérselos, en follarse a la puta roja.

Ya está bien de devorarnos a nosotros mismos.

¡Contigo, Ione!

Fernando Prado.

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