Para ser presidente de una organización inhumana es necesario ser tan inhumano -o más-. El capo de la CEOE, Antonio Garamendi, ha sido finalmente contratado por la patronal -hasta ahora facturaba como autónomo, es decir, emprendedor- y su salario se ha incrementado hasta cerca de los 400.000 euros anuales. Unos 30.000 al mes.

La Confederación Española de Organizaciones Empresariales, que representa y defiende los intereses de los empresarios españoles -dicho así, y sin detenerse en el significado de las palabras, suena hasta bonito- se negó a negociar la subida del salario mínimo porque, dicen, no está el horno para bollos. Si tienen ustedes estómago pueden echar un vistazo a la web de la organización, donde podrán encontrar artículos con titulares como este: “CEOE avisa de que el aumento de fiscalidad, cotizaciones sociales y costes salariales dificulta el mantenimiento del empleo”.

Apesta.

Fernando Prado.

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