En la guantera del Dart gris en el que era nuestro coche familiar, había un casete color negro que en la pegatina tenía escrito con letras hechas a mano la leyenda «Óscar Chávez». Lo escuchábamos a menudo, en la carretera hacia Tepic o de vuelta a Guadalajara, fue así que conocí su música. Muchas de sus canciones ya me sonaban por Mercedes Sosa, o por ser canciones rancheras o boleros clásicos. Me gusta mucho su estilo, es peculiar, su voz aunque algunos dicen que era monótona, a mí no me lo parecía, hay algo que te atrapa. En ese mismo casete tenía canciones de protesta social y de ironía proletaria, me encantaba la de «Macondo» del peruano Daniel Camino Diez-Canseco, la de «A Salvador Allende» o la del Che Guevara «Hasta siempre comandante» del cubano Carlos Puebla o «Gracias a la vida» de la chilena Violeta Parra.
A los que nos tocaron los casetes, sabemos que era común que se perdieran, y más si eran tus favoritos, les pasaba como a los calcetines, que se pierden sin saber dónde ni por qué, así pasó con el de Óscar Chávez. En cuanto pude compré el casete original de «éxitos» y lo guardé como un tesoro, hasta que me mudé a Galicia. No hace mucho, en los últimos paquetes de regalos que le pedí a mi mamá que me mandara de México, me acordé de ese disco y se lo pedí, efectivamente lo encontró y aquí lo tenemos, está en la torre de discos que escuchamos frecuentemente.
Después de saber quién era él, supe que también era actor, y muy bueno, hizo una película legendaria, «Los caifanes», es un peliculón del cine mexicano (posclásico), inquietante, surrealista, graciosa y trágica al mismo tiempo. La película se desarrolla en la Ciudad de México de 1967, un año antes de la matanza de Tlatelolco. Óscar Chávez también tocó en los conciertos de protesta de los estudiantes contra el gobierno, siempre estuvo metido en todas las luchas sociales de México, apoyó y consiguió dinero para el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, también para la campaña a la presidencia de México de Marichuy. Fue un rescatador del acervo musical popular mexicano, por eso en su repertorio siempre incluía canciones de la Revolución Mexicana o del movimiento ferrocarrilero mexicano. Pero también fue replicador del canto latinoamericano revolucionario e indigenista. Incluso fue voz de los republicanos españoles exiliados en México.
Murió el 30 de abril del 2020 por complicaciones derivadas del Coronavirus, el año anterior le hicieron algunos homenajes, tocó en el Vive Latino 2019, con la banda a la que su película le dio nombre «Caifanes», junto con Saúl Hernández su vocalista, cantaron «Por ti».
Le decía el Caifán Mayor. Acabo de averiguar que Caifán viene de «Cae fine» es decir «Cae bien», así decían los chicanos que volvían a su querida Ciudad de México sobre la gente buena.
Hasta siempre Óscar Chavez, el Cae Fine mayor.
(La ilustración es un fotograma manipulado digitalmente de la película «Los caifanes»).
Augusto Metztli.
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