Se ve perfectamente a una persona negra, migrante, arriba de la valla, haciendo equilibrio. Los policías marroquíes sobre el techo de una caseta de vigilancia con bandera española, le lanzan piedras. Lanzar piedras para qué. Para romperle la cabeza, para que caiga, para que escarmiente, para matarle, para asustarle, para repelerle (como ellos dicen). Cualquiera que sea el motivo es cruel, es violento, es financiado con dinero europeo y aupado por el gobierno español.

Cuando le preguntan a Pedro Sánchez sobre la tragedia y asesinato de casi medio centenar de personas migrantes en Melilla, responde que : “Ayer me solidaricé y reivindiqué el extraordinario trabajo que están haciendo las fuerzas y cuerpos de seguridad de nuestro país. Algunos guardias civiles resultaron heridos como resultado de este asalto violento organizado por mafias que trafican con seres humanos. Fue un ataque a la integridad territorial de nuestro país de una manera violenta”, “La gendarmería marroquí trabajó con las fuerzas de seguridad del estado para repeler este asalto violento. Si hay un responsable de todo lo que parece ha sucedido en esa frontera son las mafias que trafican con seres humanos”.

Rajoy y Fernandez Díaz encubrieron los asesinatos del Tarajal, lo que les hizo cómplices. Ahora hace lo mismo Pedro Sánchez.

No fue un asalto, fue un salto. A la gente no se le repele, se le otorgan sus derechos, como el de solicitar asilo. Matar a personas migrantes no es un trabajo bien hecho, es ser un criminal. Y la culpa no es de las mafias, es del colonialismo que persiste en España, en Europa y en el PSOE.

Sánchez no pedirá perdón, no reflexionará y no resarcirá su error. Porque no le importa. Que Abuk se le recuerde el resto de su vida.

Augusto Metztli

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